Para aquellos que no lo sepan, una Game Jam es un evento videojueguil de duración determinada, concretamente dos días, cuya finalidad es desarrollar un videojuego completo (sí, estás leyendo bien, completo: música, mecánicas, diseño, arte…). Se forman equipos con diferentes perfiles de forma que se compenetren entre sí, y lo normal es que no se conozcan entre ellos los miembros del grupo formado, así que el jammer (así se les llama a los participantes de la Jam) tiene ante sí dos retos nada desdeñables: hacer un videojuego y hacerlo con un equipo de gente nueva, con lo que eso supone. El trabajo en equipo es uno de los pilares del desarrollo del videojuego: requiere mucho esfuerzo por parte de todos los integrantes del mismo, ya que hay que poner las ideas en común, tomar decisiones, trabajar todos a una… y un jammer tiene dos días para lubricar los engranajes si quiere acabar con éxito la misión.
Aunque esto te puede parecer un imposible, algo que sólo unos cuantos locos podrían llegar a conseguir, te sorprendería saber la cantidad de desarrolladores que participan y acaban con éxito la cruzada. ¿Por qué? El espíritu y el ambiente que rodea a una Game Jam. No es una competición, ni es una lucha a muerte para ver quién consigue hacer el mejor videojuego y llevarse la medallita que casi todo el mundo quiere colgarse. No. Se trata de un evento donde el objetivo es APRENDER y COMPARTIR; me perdonarás las mayúsculas, pero quiero que quede claro. En un mundo donde la gente pierde su sentido y su ser por unos papelitos de colores que sirven para sacar lo peor de nosotros mismos, y en el que lo normal es encontrarte personas que se pisotean unas a otras para ver quién consigue ser el mejor, más fuerte, más guapo, más rico y más venerado, existen eventos donde lo único que importa es la experiencia, la generosidad, la amistad y lo más importante: aprender a desarrollar un videojuego.
Pues resulta que a una servidora le han concedido la oportunidad de vivir una Jam desde dentro: he tenido el placer de organizar, junto con mis compañeros, una Game Jam, y además, en mi ciudad, Málaga. Si vivir una Game Jam como participante es una experiencia enriquecedora y emocionante, como organizadora no lo es menos, te lo puedo asegurar. Siguiendo con ese espíritu que rodea a toda Game Jam, la Málaga Jam (www.malagajam.com) se organizó con un objetivo claro: dar a conocer el desarrollo del videojuego, algo que en España en general, y en Málaga en particular no está muy extendido; los españoles consumimos mucho videojuego pero desarrollamos poco, y digo yo que habrá que equilibrar esa balanza.
Y no sólo se trata de dar a conocer el proceso complejo que hay detrás del desarrollo de un videojuego: también hay otras cosas en juego, como crear tejido empresarial. Sí, empresas: start-up tecnológicas (ahora que esta palabra está tan de moda) dedicadas exclusivamente a la creación de esta experiencia interactiva que tantas pasiones levanta. Así que, con ese objetivo en mente, nos dispusimos a organizar la susodicha Game Jam. Con dos cafés y mucho implicación (el tiempo jugaba en nuestra contra), conseguimos organizarlo todo y dar a conocer el evento en la ciudad. Temerosos de que no tuviera mucha acogida, nos mentalizamos para esperar cualquier cosa, pero el temor se convirtió en motivación cuando vimos la acogida que tuvo la Málaga Jam: todas las entradas vendidas. Señores, la gente quiere hacer videojuegos.
Ya sólo por esa acogida mereció la pena el esfuerzo y las horas organizando la Jam, pero es que la cosa no quedó ahí. ¿Sabes esa sensación que se tiene cuando estás en un sitio donde todo el mundo está comprometido, hay compañerismo, ganas de aprender y de disfrutar? Sí, esa sensación y vivencia que es complicada de conseguir, pero que los participantes de la Málaga Jam hicieron fácil. ¿Cómo? O más bien la pregunta sería ¿por qué? Porque vinieron con ganas de aprender, de divertirse, de compartir, de superarse y de crear un fin de semana donde se respiró un ambiente de videojuegos y personas-que-aman-y-desarrollan-videojuegos irrepetible. Encima nos dan las gracias a nosotros, la organización, por el sarao que les montamos. Las gracias a ellos, por acudir a la llamada y por demostrar que en España tenemos mucho talento: sólo hace falta que nos escuchen un poco, o que nosotros gritemos más alto.
Querido lector, espero que esto te sirva, si no lo has hecho ya, para participar en una Game Jam y vivir una experiencia única. Si quieres desarrollar videojuegos, no lo pienses más y empieza ya, es el trabajo más maravilloso del mundo.
No quiero terminar el artículo sin dar un GRACIAS muy grande a mis compañeros de la organización por sus ganas, su compromiso, compañerismo y ese amor compartido que tenemos por el mundo del videojuego. Gracias a Javi (www.pixelatto.com), a Curro (www.melee-studios.com) y a Rodaja (Alejandro, Jesús, Alberto y David, www.rodaja.es).
Si aún sigues pensando que es imposible hacer un videojuego en un fin de semana, te invito a que pruebes los juegos que los Jammers malagueños hicieron en dos días:
http://globalgamejam.org/2015/jam-sites/m%C3%A1laga-jam/games
Keep Developing!!!
